catorce de enero de dos mil once
en un remoto pueblo costero
hoy me he propuesto sacar una sonrisa a todos nuestros problemas,
algunos más llevaderos y otros más arduos.
Hace un tiempo, no encontré la forma de consolar aceptablemente a una persona,
me encontré sentada en el suelo junto a ella,
agazapadas las dos,
abrazando su dolor, y diciendo una cadena de tópicos que ni yo misma lograba aceptar como decentes,
porque sabía que ni a un ingenuo lograrían convencer.
Esa impotencia de no encontrar razones, me llevo a errar por mis pensamientos más de lo habitual (lo que puede ser bastante preocupante), y he llegado a la conclusión de que cuando no tenemos motivos para echar a la espalda nuestros desengaños, decepciones, desencantos (y todo lo dañino que empiece por de-), lo único que podemos, debemos y tenemos que hacer, es recordar que si estamos pasando por eso es precisamente porque tenemos la oportunidad de vivir, de experimentar. Así que, no seamos tan necios de echar superglu a los zapatos de nuestra trayectoria vital, y simplemente dejemonos seguir avanzando, pues no será eterno.
Por todo el dolor del mundo, ¡hagámosle hoy cosquillas a nuestra vida!
Aquí os dejo una de mis nuevas creaciones, hecha a mano, a medida y con posibilidad de diferentes combinaciones de colores y anchuras,
por si os interesan.
+Tea
(haz de cada día una aventura)
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Thank you for writting me some comments,
I really appreciate it!:)
Tea.